sábado, 20 de agosto de 2011

Regreso a casa II

El joven guardia le devolvió las riendas de su corcel.
La dama monto y espero a su escolta. El joven guardia se coloco al lado derecho de la dama mientras otros tres guardias la rodeaban.
  • Señora, seremos su escolta hasta que el Ministro tome la decisión sobre su condición legal.
  • Gracias, ¿ Podemos entrar ya?
  • Claro, Abran las puerta internas.
Al cruzar la muralla, los viejos sonidos, la invadieron.
El olor a canela de la calle de lo panaderos, el ruido de las maquinas de coser de la calle de las modistas.
El callejón donde tantas veces se besaron, escondidos riendo.
La taberna donde se bebieron toda la reserva del vino de Quez.
Pero sus recuerdos melancólicos no le taparon la realidad de la ciudad, las calles con el firme defectuoso, locales cerrados en calles principales y menos ruido en el mercado.

Al doblar la esquina se encontró con su casa y un grito de asombro rugió de su garganta.
  • ¿Que demonios? ¿ Que le ha pasado a mi casa? ¿ Donde esta mis criados? ¿ Que es ese precinto?
  • Bueno, vera señora, la casa esta precintada para evitar el pillaje y para informar de su destierro.
  • Eso lo entiendo, pero por que no hay postigos en mis ventanas, por que parte de mi ajuar se pudre en mi fuente y me imagino, que ese circulo negro, en la selva que antes era mi jardín, es de una hoguera.
  • ¿Puedo ser sincero, señora?
  • Por favor, contesto ella con ojos de desaparición sin entender nada. Esa es la casa de mis antepasados, hay o mejor dicho había cosas no solo de gran valor material si no de gran valor sentimental para mi.
  • Puedo imaginarlo, lo que yo se, por que lo viví en primera persona es que cuando usted se marcho el emperador vino en persona a su casa a buscarla. Los criado logicamente le dejaron entrar y le dijeron que no estaba y que no sabían de su paradero. El emperador venía a veces a su casa, sus criados le atendían y el se marchaba. Y claro estas visitas llegaron a oídos de la emperatriz. Esta, aprovecho un viaje de caza del señor, para invadir su casa. Expulso a los criados y monto un fiesta loca con su corte de lameculos. Las llamas iluminaron el cielo toda la noche mientras se escuchaban risas histéricas.
    El emperador volvió cuando ellos seguían aquí. Mando expulsar a todo el mundo, mando recoger los objetos que no habían destrozado y los guardo. Puso guardias en la reja para evitar más destrozos. La bronca entre ellos duro semanas. Al final vuestra casa fue precintada y se prohibió su entrada bajo pena de muerte y también se decreto su destierro.
  • ¿Asi que lo que ha sobrevivido de mis pertenencias, recuerdos, etc esta en palacio?
  • Creo que si.
  • Y ¿ que ha sido de mis criados?
  • No lo se
  • Gracias por la información. Haz lo que tengas que hacer. Yo voy a entrar evaluar los daños, preparar un informe para el Ministro, por que el gasto que voy a tener que hacer en restaurar mi casa, lo va a pagar El o Ella me da igual.
Al joven guardia,  una helada gota de sudor le recorrió la espalda, hasta ahora la dama había sido una encantadora señora, ahora le daba miedo.

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